Published: Jun 14, 2014 by Ignacio Origlia
Doctores en Ciencias Biológicas, docentes de la Universidad Nacional de Río Cuarto y, tercera coincidencia, ambos tienen perfil muy bajo. Tanto, que a lo largo de la charla señalan reiteradas veces que es la primera entrevista que otorgan grabador de por medio. Fernando Mañas y Delia Aiassa forman parte de un grupo de 23 personas que investigan desde hace ocho años los efectos de los agroquímicos en las personas. Han publicado quince artículos en revistas científicas, un libro, y llegaron a una conclusión tan alarmante como invisibilizada por funcionarios, empresas y medios de comunicación: las personas expuestas a contacto con agroquímicos padecen daño genético. Lo que implica tener mayores posibilidades de contraer cáncer, sufrir abortos espontáneos y nacimientos con malformaciones. Son las pruebas científicas de aquello que denuncian las familias fumigadas con agroquímicos.
La Universidad Nacional de Río Cuarto cuenta con un campus amplio, en las afueras de la ciudad. Muchos árboles y sol agradable, pero el ámbito de la entrevista es todo lo opuesto: una pequeña habitación, de dos metros por tres, algo oscura. Mañas y Aiassa son investigadores extraños. En una zona donde los agronegocios llevan la voz cantante, decidieron estudiar las consecuencias sanitarias de ese modelo. Son también particulares para la Academia, porque hacen investigación -análisis, procesamiento de datos, papers científicos y concurren a congresos-, pero también hacen extensión en ámbitos educativos para jóvenes y adolescentes. Tercera característica de sapo de otro pozo: Mañas y Aiassa no tienen discursos condescendientes ni afirman cosas que no estén probadas por sus investigaciones.